Una curva de la calle puso ante su vista el campanario de la catedral de Westminster, la forma fálica más descarada del horizonte londinense.

La desgracia de Adam Appleby era que, en cuanto despertaba del sueño, su conciencia se inundaba inmediatamente de todo aquello en lo que menos deseaba pensar. Tenía la impresión de que otros hombres se enfrentaban a cada nuevo amanecer con la mente y el corazón renovados, llenos de optimismo y decisión; o bien de que se arrastraban ganduleando durante la primera hora del día en un estado de bendito sopor, incapaces de pensar en nada, ni agradable ni desagradable. Pero, agazapados como arpías en torno a su cama, los pensamientos desagradables esperaban para asaltarle tan pronto como Adam parpadease y abriera los ojos. En aquel momento se veía obligado, como alguien que se ahoga, a examinar su vida entera, dividido entre lamentaciones por el pasado y miedos futuros.

The British, he thought, must be gluttons for satire: even the weather forecast seemed to be some kind of spoof, predicting every possible combination of weather for the next twenty-four hours without actually committing itself to anything specific.

Usually when people are sad, they don't do anything. They just cry over their condition. But when they get angry, they bring about a change.

He will not succeed in this," Taran said. "Somehow, we must find a way to escape. We dare not lose hope."
"I agree absolutely," Fflewddur answered. "Your general idea is excellent; it's only the details that are lacking...

It's like a little criminal museum,