No se resista a dejarse invitar por ella si tiene más dinero. Si usted no es un gigoló, ella no va a pensar que lo sea porque acepte su invitación. Si le molesta que siempre tenga que pagar ella y quiere mantener la relación, sea del tipo que sea, digáselo y pacten alguna solución. De todas formas, no debe avergonzarse de tener poco dinero o de tener menos que ella. Ciertos pequeños obsequios de escaso valor económico pero que manifiesta claramente que usted ha pensado en ella, en sus gustos y en sus aficiones, deben bastar para compensar.