—TendrÃa que haberme tocado a mà —dije—. TendrÃa que haberme metido yo en el gigante. —¡No digas eso! —dijo Grover, alarmado—. Bastante terrible es que hayamos perdido a Annabeth. Y ahora a Bianca. ¿Crees que podrÃa resistirlo? —Se sorbió la nariz—. ¿Crees que habrÃa alguien dispuesto a ser mi mejor amigo?