SÃ, estaba cansado de que se enfadara sin razón aparente, de cómo se enfurruñaba y hacÃa referencias al peso opresivo e inesperado de la tragedia o lo que fuera. Pero luego nunca decÃa qué estaba mal, nunca daba una verdadera razón para estar triste. Y creo que uno debe tener una razón. Mi novia me ha dejado, luego estoy triste. Me han pillado fumando, luego estoy furioso. Me duele la cabeza, luego estoy de mal humor. Ella nunca tenÃa una razón, Gordo. Yo estaba tan cansado de aguantar sus melodramas que la dejé marchar. ¡Dios mÃo!