—Pues ahÃ, no aquà [...] siguen morando en nidos y en «boudoirs», en cortes de justicia y en oficinas los que nos aman; los que nos honran, vÃrgenes y hombres de negocios; abogados y médicos; los que prohÃben, los que niegan, los que respetan sin saber por qué, los que alaban sin comprender; la todavÃa muy numerosa (alabado sea Dios) tribu de los decentes; que prefieren no ver; anhelan no saber; aman la oscuridad; esos todavÃa nos adoran, y con razón; porque les hemos dado riqueza, prosperidad, comodidad, holgura.