No fue el dolor, sino lo inÂjusÂto del asunÂto, lo que atonÂtó a Peter. Lo dejó imÂpoÂtenÂte. Sólo podÃa mirar, hoÂrroÂriÂzaÂdo. Todos los niños reacÂcioÂnan asà la priÂmeÂra vez que los traÂtan con inÂjusÂtiÂcia. A lo único que pienÂsan que tieÂnen deÂreÂcho cuanÂdo se le acerÂcan a uno de buena fe es a un trato justo. DesÂpués de que uno haya sido inÂjusÂto con ellos seÂguiÂrán queÂriénÂdoÂlo, pero nunca volÂveÂrán a ser los misÂmos.