Ese dÃa Naty llegó con más manzanas y otra novedad al trabajo:
—Ayer fui a que me leyeran las cartas, —dijo sentándose en su escritorio después de repartirnos las frutas—. Siempre habÃa querido, pero me daba miedo que me tomaran el pelo.
Naty se veÃa exactamente como el tipo de chica crédula a la que probablemente le pasarÃa eso.
— Mariam Parra
elinaty