Este es un homenaje a los locos. A los inadaptados. A los rebeldes. A los alborotadores. A las fichas redondas en los huecos cuadrados. A los que ven las cosas de forma diferente. A ellos no les gustan las reglas, y no sienten ningún respeto por el statu quo. Puedes citarlos, discrepar de ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Casi lo único que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Son los que hacen avanzar al género humano. Y aunque algunos los vean como a locos, nosotros vemos su genio. Porque las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo... son quienes lo cambian

Algunas personas proponen: «Dales a los clientes lo que quieren». Pero esa no es mi postura. Nuestro trabajo consiste en averiguar qué van a querer antes de que lo sepan. Creo que fue Henry Ford quien dijo una vez: «Si les hubiera preguntado a mis clientes qué querían, me habrían contestado: “¡Un caballo más rápido!”». La gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas. Por eso nunca me he basado en las investigaciones de mercado. Nuestra tarea estriba en leer las páginas que todavía no se han escrito.

Стив считал: в гениальном компьютере аппаратное и программное обеспечение должны быть тесно связаны. Если же на компьютер можно было установить программы, совместимые с другими компьютерами, в конечном счете пришлось бы пожертвовать частью его функциональности. Лучшими продуктами Джобс считал те, что продуманы от начала до конца и созданы цельными; программное обеспечение для таких компьютеров создано с учетом аппаратного, и наоборот. Это отличало тактику Macintosh, операционная система которого была совместима только с родным железом, от тактики Microsoft, операционную систему которой можно было использовать на железе, произведенном многими другими компаниями.

Steve Jobs thus became the greatest business executive of our era, the one most certain to be remembered a century from now. History will place him in the pantheon right next to Edison and Ford. More than anyone else of this time, he made products that were completely innovative, combining the power of poetry and processors. With a ferocity that could make working with him as unsettling as it was inspiring, he also built the world's most creative company. And he was able to infuse into its DNA the design sensibilities, perfectionism, and imagination that make it likely to be, even decades from now, the company that thrives best at the intersection of artistry and technology.

I discovered that the best innovation is sometimes the company, the way you organize a company.

One way to remember who you are is to remember who your heroes are.