—En ParÃs, es común reconocer a alguien atractivo. El francés no desvÃa la mirada como otras culturas lo hacen. ¿No te habÃas dado cuenta? St. Clair piensa que soy atractiva. Me llamó hermosa.<br /><br />—Créeme, no quieres dormir en mi cama.<br /><br />Me estoy tele transportando a Atlanta. Te estoy recogiendo, e iremos a algún lugar donde nuestras familias no nos encuentren. Nos llevaremos a Seany. Y le dejaremos correr todo lo que quiera hasta que se canse, y luego tú y yo tomaremos una larga caminata. Como Acción de Gracias. ¿Recuerdas? Y hablaremos sobre todo EXCEPTO sobre nuestros padres… O tal vez ni siquiera hablaremos. Simplemente caminaremos. Y seguiremos caminando hasta que el resto del mundo deje de existir.<br /><br /><br />—Anna. —Etienne habla lentamente—. No me hiciste hacer algo que no querÃa hacer. Mi cara se calienta mientras el conocimiento estalla dentro de mà como dinamita. Le gusto. En verdad le gusto a Etienne.<br /><br /><br />—Si me pides que te bese, lo haré. —Dice. Sus dedos aprietan mis muñecas, y me enciendo en llamas. —Bésame. —Digo. Lo hace.<br /><br /><br />—La engañaba todos los dÃas. En mi mente, pensaba en ti en formas que no podÃa, una y otra vez. Ella no era nada comparada contigo. Nunca antes me he sentido de esta forma por nadie.<br /><br /><br />—Eres la chica más increÃble que he conocido. Eres hermosa e inteligente, y me haces reÃr como nadie más puede. Y puedo hablar contigo. Y sé que después de todo esto no te merezco, pero lo que estoy tratando de decir es que te amo, Anna. Mucho.<br /><br /><br />—¿Por favor dirÃas que me amas? Me estoy muriendo aquÃ.