Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocÃn y confirmándose a sà mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma".
— Miguel de Cervantes Saavedra
cervantesdon-quijotedon-quijote-de-la-mancha