Sentada enfrente de mis borradores, de repente me invadió el pánico como cuando un mago descubre que acaba de perder sus poderes por completo. Ahora simplemente no podÃa penetrar en el mundo distante de las letras, a mi alrededor ocurrÃan cambios incesantemente, como las pequeñas ondas del agua. Siempre habÃa pensado en un triunfo repentino, como Alà Baba que sólo con leer un conjuro abrió la puerta de la cueva del tesoro, como Bill Gates que en una noche se convirtió en archimillonario, como Gong Li que a mi edad ya habÃa subyugado a decenas de millones de hombres blancos con su magnÃfica belleza sin hablar una sola palabra de inglés.
— Zhou Weihui
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