[33]* In the seventh month, when the heat is dreadful, everything in the building is kept open all through the night, and it’s delightful to wake on moonlit nights and lie there looking out. Dark nights too are delightful, and as for the sight of the moon at dawn, words cannot describe the loveliness. Picture her lying there, on a fresh new mat 1 placed near the outer edge of the gleaming wooden aisle-room floor, the low standing curtain pushed to the back of the room in a quite unseemly way. 2 It should normally be placed at the outer edge, but perhaps she’s concerned about being seen from within. Her lover must have already left. She is lying asleep, a robe drawn up over her head 3 – it is pale greyish-violet with deep violet inner lining, the outer surface a little faded, or perhaps it is a stiffish robe of rich gleaming damask. Beneath this, she is wearing a clove-tan or yellow gossamer-silk shift, and the long strings of her unlined scarlet skirted trousers trailing undone from below the hem of her clothing tell us that she must have fallen asleep with trousers still untied after her lover departed. The soft luxury of hair that lies piled in waves beside her speaks of its wonderful length.

Sei Shōnagon

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Cosas detestables

Cuando uno tiene prisa por salir, llega alguien de visita y se queda hablando un largo tiempo. Si es una persona de poca importancia, uno puede deshacerse de ella diciendo que podrán hablar en otra ocasión; pero si se trata de alguien a quien se le debe respeto, la situación se vuelve realmente detestable.

Uno encuentra un pelo sobre el suzuri, o el mismo sumi contiene un grano de piedra que, al frotar, produce un chirrito destemplado.

Un hombre que no se destaca en nada, discute toda clase de temas, riéndose, como si supiera algo de ello.

Envidiar la suerte de los demas y quejarse de la propia, hablar mal de la gente, interesarse por lo superficial, querer saberlo todo y estar resentido y vilipediar a los que no nos han informado de los hechos, o bien, cuando sólo se ha tenido una noticia parcial, hablar de ella con lujo de detalles como si se tratase de algo que conoce desde el principio: todo esto es odioso.

Se está por escuchar alguna noticia interesante cuando un niño empieza a llorar.

Un hombre nos viene a ver en secreto; un perro lo ve y se pone a ladrar: dan ganas de matarlo.

Ya es bastante tontería el invitar a un hombre a pasar la noche, ocultándolo donde no debería estar, y he aquí que ronca.

Uno va a la cama y está a punto de quedar dormido cuando un mosquito anuncia su presencia con voz aguda cerca de nuestra cara; hasta se siente el aire que mueve con sus alas a pesar de su pequeñez, y esto es en extremo odioso.

Estamos en medio de un relato cuando otra persona se inmiscuye, nos interrumpe, y trata de demostrar que es el único ser inteligente de la reunión. Tales personas son odiosas, se trate de niños o mayores.

Un hombre con el que tenemos relaciones amorosas, se pone a alabar a una mujer que conoció en el pasado, y aunque sea una cosa lejana no puede resultar menos horrible. ¡Cuánto más si se trata de alguien a quien él sigue visitando!

No soporto a las personas que salen sin cerrar la puerta tras de sí.
Sei Shōnagon